Si de desafíos mentales se trata no hay duda de que uno de los juegos más estimulantes para el intelecto y el cerebro es el ajedrez. Los 64 cuadrados claros y oscuros en que se pueden posicionar las distintas piezas y sus distintos movimientos hacen que las jugadas probables durante un solo juego sean millones. Inventado en Europa durante el siglo XV hoy es uno de los juegos de mesa más populares del mundo y ha sido sinónimo de destreza intelectual durante mucho tiempo. Pero, pese a la percepción popular de que solo las personas inteligentes juegan ajedrez, la realidad es que cualquier persona curiosa y estimulada por el desafío de resolver problemas y variar estrategias, puede aprender a jugar.

El ajedrez, ha sido probado, te hace más inteligente y los beneficios que tiene para la salud cerebral son muchos. En este artículo exploraremos algunos de ellos. También le daremos una vuelta a la forma que tomará el ajedrez en el futuro, cuando los ciborgs caminen sobre la tierra con interfaces cerebro-computador implantadas al interior de sus cráneos.

Mejora la memoria

Jugar al ajedrez puede mejorar la memoria debido a sus complejas reglas que los jugadores tienen que recordar a la hora de realizar un movimiento y también utiliza la memoria para evitar errores anteriores o recordar el estilo de juego del oponente. Los buenos jugadores de ajedrez tienen una memoria excelente. También puede mejorar significativamente la memoria y las habilidades verbales de una persona, un plus que muchos no habrían deducido a primera vista.

Mejora la capacidad de lectura

Un estudio muy citado en 1991 realizado por el Dr. Stuart Margulies sugiere que los estudiantes de la escuela que participaron en la práctica del ajedrez tienen un aumento significativo en su rendimiento de lectura. Los niños de un distrito en el que los niños promedio fueron evaluados por debajo de la media nacional, que participaron en un programa de ajedrez, han aumentado su rendimiento en la lectura.

Piensa antes, actúa después

La corteza prefrontal es la última parte del cerebro que se desarrolla durante la adolescencia. Esa rea es responsable del pensamiento racional, el autocontrol, el juicio y la planificación. Dado que el ajedrez requiere un pensamiento estratégico y crítico, el juego contribuye al desarrollo de la corteza prefrontal, lo que ayuda a los adolescentes a tomar mejores decisiones en todos los ámbitos de su vida para evitar que tomen decisiones irresponsables y arriesgadas. Un ejemplo de esto fue que, tras integrar la práctica de ajedrez en un colegio, al año siguiente la cantidad de suspensiones disminuyó un 60%. Un impacto impresionante, ¿no?

Mejora la capacidad de resolución de problemas

Cuando se juega al ajedrez, los jugadores deben pensar con rapidez y su capacidad de resolución de problemas debe estar a punto porque el adversario cambia constantemente los parámetros. Según un estudio realizado en 1992 en New Brunswick con 450 alumnos de quinto curso, los que jugaban al ajedrez obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en los exámenes que los que no lo hacían.

Fomenta la creatividad

Jugar al ajedrez activa el lado derecho del cerebro, responsable de la creatividad, lo que da rienda suelta a la originalidad de los jugadores. En un estudio de cuatro años sobre estudiantes, se les hizo jugar al ajedrez, usar el ordenador y hacer otras cosas una vez a la semana durante 32 semanas para determinar qué actividad despertaba más creatividad. El resultado muestra que los niños que jugaban al ajedrez obtuvieron mejores resultados que los demás grupos. También demostró que estos niños obtuvieron las puntuaciones más altas en cuanto a originalidad. Otro estudio realizado en Alemania tuvo resultados sorprendentes para los investigadores, ya que descubrieron que cuando un jugador está jugando al ajedrez, no sólo se estimula el hemisferio izquierdo, sino que también se activa el derecho.

Previene el Alzheimer

El cerebro debe recibir continuamente suficiente entrenamiento a medida que las personas envejecen, al igual que cualquier músculo del cuerpo, para mantenerlo sano y en forma. Según los estudios, las personas de 75 años o más que juegan a juegos cerebrales, como el ajedrez, tienen menos probabilidades de desarrollar demencia que sus homólogos que no juegan. Un cerebro sedentario pierde potencia, pero una mente sana previene enfermedades como el Alzheimer.

Aumenta el coeficiente intelectual

Un estudio realizado con 4.000 estudiantes de Venezuela demostró que [jugar al ajedrez puede aumentar significativamente las puntuaciones del coeficiente intelectual](https://www.powerfulchess.com/the-power-of-chess.html#:~:text=A study in Venezuela found,those intelligent quotient scores rise!) tanto de los chicos como de las chicas después de cuatro meses de jugar a este juego cerebral. Esto significa que es posible aumentar el CI jugando a juegos cerebrales como el ajedrez.

Estimula el crecimiento del cerebro

El ajedrez y otros juegos cerebrales suponen un reto para el cerebro y estimulan las neuronas para que formen conexiones en el cerebro. Más conexiones significan que la comunicación neuronal dentro del cerebro se vuelve más rápida en un estado óptimo. El ajedrez es un ejemplo perfecto de interacción con las personas que puede estimular las conexiones neuronales.

Y no solo eso, también ayuda a regenerar un cerebro dañado

Así ocurrió en el caso de Neelakantha Bhanu Prakash. A los 5 años, fue atropellado por un camión y se fracturó el cráneo, por lo que necesitó múltiples operaciones y estuvo en coma inducido para salvar su vida. Los médicos dijeron a sus padres que el accidente podría causar un deterioro cognitivo a Bhanu, y como solución para mantener su cerebro activo, empezó a resolver problemas matemáticos, rompecabezas y a jugar al ajedrez.

Gracias a estos juegos cerebrales puedo recuperarse y a mantener su mente activa, hasta llegar a ser incluso conocido como la calculadora humana más veloz del mundo. Jugar al ajedrez no sólo desarrolla el cerebro, sino también la motricidad fina de las personas con discapacidad o que han sufrido un ictus y otros accidentes físicos debilitantes. El ajedrez puede estimular la concentración profunda y la calma, lo que ayuda a los pacientes con ansiedad a relajarse.

Beneficia al autoestima

El ajedrez crea un entorno que no sólo promueve la victoria, sino que también piensa en la derrota como una oportunidad de superación. Esto crea un entorno positivo y, a cambio, una autoestima y una imagen de sí mismo positivas. El juego de ajedrez no discrimina la edad, la raza, la religión o el género. Todos tienen los mismos recursos y oportunidades a su alcance.

Y, ¿qué ocurrirá con el futuro del ajedrez?

Cuando, en 1997, la computadora diseñada por IBM para jugar ajedrez, Deep Blue, venció al que muchos consideraban ya entonces como el mejor jugador de la historia, el ruso Gary Kasparov, la idea de que los sistemas de inteligencia artificial comenzaban a ganar terreno sobre los mejores humanos comenzó a esparcirse como pólvora para nunca más refrenarse. La verdad es que ese acontecimiento fue una constatación del desarrollo tecnológico exponencial: ahora Deep Blue parece una oveja en manos de programas como Stockfish o la última divinidad artificial del ajedrez: Alpha Zero, diseñada por Google.

Kasparov vs IBM Deep Blue

Ahora son los mejores jugadores del mundo los que estudian concienzudamente cuales son las mejores movidas y estrategias propuestas por estas máquinas, que desde hace años crean jugadas nunca vistas antes, maneras de defender y atacar que antes simplemente pasaban desapercibidas. Es por esto que el futuro del ajedrez quedará colgando en el aire cuando la población comience a implantarse interfaces cerebro-computador, como la diseñada por Neuralink, que podrían eventualmente otorgar un plus cognitivo enorme a sus usuarios, capaces de acceder al potencial de la inteligencia artificial para llevar su juego al próximo nivel. ¿Qué ocurrirá entonces? Es posible que se abran nuevas categorías en distintas disciplinas deportivas y veamos eventos para humanos y otros para transhumanos.

Pero eso no descarta la probabilidad que antes haya una tierra de nadie en que algunas personas poseean estos implantes y exploten sus posibilidades al máximo nivel competitivo. Obviamente esto exigirá la creación de nuevas regulaciones, pero también podría ofrecer el potencial de una creatividad extraordinaria en que las neuronas y los bits cooperan para hallar nuevas jugadas y estrategias. De ser así, veremos un salto cuántico en la calidad y complejidad de este juego y muchos otros juegos mentales.