Estas semanas han sido una locura para Elon Musk. Apertura de Giga Factorys en Berlín y Austin, Texas, el novelón inacabado de la posible compra, parcial primero, y total después, de Twitter, y como si faltara algo, un par de charlas TED de larga duración en las que dejó muchos pensamientos sobre estos acontecimientos y sobre el proyecto de la humanidad futura que parece articular sus distintos emprendimientos, desde los autos eléctricos hasta los cohetes reutilizables y el Link de Neuralink para resolver lesiones cerebrales y reducir el riesgo existencial de una inteligencia artificial general nociva.En esta ocasión desgranaremos parte de lo que dijo en la entrevista TED grabada en las instalaciones de la Giga Factory de Austin, justo el día antes de su inauguración con una fiesta para los fanáticos de la compañía que llamaron Cyber Rodeo. Durante la hora de conversación con Chris Anderson, el director de TED, se tocaron muchísimos temas. Desde el futuro y los riesgos existenciales más importantes, hasta las dificultades de la producción de baterías y el desarrollo del autopilot.Chris preguntó por la forma en que Musk predice cuando tardarán en lograr ciertas cosas, como los pronósticos de producción de automóviles por año o la primera vez que el hombre pise Marte, incluso divagaron sobre la posibilidad de que, después de llegar a Marte, los cientos de Starship que planea construir SpaceX, puedan usarse para explorar otros lugares del sistema solar, como Europa, el satélite congelado bajo cuya superficie, como dijo Elon jugando a especular, podría vivir una especie similar a los calamares.Elon cada vez es más enfático a la hora de hablar del futuro con un tono optimista y constructivo, tomando lo mejor de lo que se está haciendo e insistiendo en que ya estamos encauzados en el proceso de cambiar la matriz energética de energías fósiles a renovables. Por supuesto Tesla es y será fundamental en esta transición, pero no es el único agente a gran escala y Elon confía en que se hagan cargo de un 10% de la producción de baterías necesarias para almacenar la energía que se cosechará mediante paneles solares, turbinas eólicas e hidroeléctricas, entre otras fuentes sustentables.
Otro detalle no menor es su mención de Optimus, el robot de inteligencia artificial que están desarrollando, y del cual espera comenzar la producción para reemplazar labores difíciles y tediosas en uno o dos años plazo. Según Musk este será el producto más importante de Tesla hasta la fecha ya que, si bien en principio se ocupará solo para este tipo de labores por otras empresas, en un futuro no muy lejano, quizá en diez años o menos, podría comenzar a ofrecerse al mercado como un ayudante robot casero que ayude a cocinar, recordar donde se dejaron las cosas o jugar con los niños, entre otras muchas funciones posibles. Si bien en principio podría ser caro la idea es que después del lanzamiento el precio baje hasta equiparar el de un auto accesible, entre unos veinte y treinta mil dólares.
Imaginar un futuro con robots que cumplen labores repetitivas y necesarias para la industria, potenciado por energías renovables y transportes eléctricos, es un sueño al que Elon aspira aportar su grano de arena con cada una de sus compañías. Visualizándolo Elon habla de que viviremos una era de abundancia ya que la energía será barata, renovable y almacenable en baterías, y la producción será exponencialmente automatizada, alcanzando una mayor eficiencia. Esto podría liberar a muchas personas de los horarios laborales abusivos, otorgándoles más tiempo para compartir con amigos y familiares, aprender y liberar su creatividad. Algo a lo que todos aspiramos.
Uno de los mayores riesgos existenciales latentes en la caja de sorpresas del futuro es la inteligencia artificial general. No es la primera ni será la última vez que Elon comparta su visión sobre este complejo problema. Es precisamente para abordarlo que fundó Neuralink, su empresa de neurotecnología que elabora interfaces cerebro-computador, dispositivos implantados en la superficie del cerebro, que reemplazan una porción del cráneo del tamaño de una moneda pequeña, y al que se refirió como una especie de fitbit o reloj inteligente de Apple, con pequeños filamentos colmados de electrodos que registran y estimulan la actividad neuronal.Te invito a ver la porción de la entrevista en que se explayó sobre Neuralink y anunció algo que de que muchos ya hablaban, incluidos nosotros, la aplicación de los documentos necesarios a la FDA para recibir aprobación con tal de comenzar las primeras pruebas clínicas en humanos.
Elon sobre IA y Neuralink [Ver desde 28:02 hasta 36:56]
En palabras de Elon, la misión de Neuralink es tratar de “conectar la voluntad colectiva de la humanidad a la inteligencia digital y en el camino resolver lesiones cerebrales, así que si no tiene éxito en la meta más grande al menos lo tendrá en aliviar daño cerebral y espinal.” Cuando Chris le preguntó cuán lejos están de poder implantar los dispositivos en humanos Elon fue muy sertivo al responder que: “Ya hemos presentado nuestra aplicación a la FDA para ojalá hacer el primer implante humano este año.” Esto es enorme para Neuralink, un gran paso adelante, pues significa que en poco menos de cuatro o cinco meses tendrán una respuesta de la FDA que aprobará o no los primeros ensayos clínicos en humanos. Y si la respuesta es positiva la aspiración de Elon podrá concretarse sin duda pues debe haber una lista no pequeña de personas tetrapléjicas dispuestas a probar el potencial del dispositivo.
De hecho, a continuación, Elon compartió alguno de los ejemplos de mails que reciben por parte de personas desgarradas que quisieran probar el dispositivo, ya que algunos provienen de jóvenes de 25 años que después de un accidente en motocicleta ni siquiera pueden comer por sí mismos. Entre las lesiones y daños que podría resolver Neuralink a corto plazo están las siguientes: “obesidad, depresión, esquizofrenia, entre otros problemas se podrían resolver.” Hay que recordar que esta es una de las metas de Neuralink y, teóricamente el potencial para lograrlo existe, no será nada de fácil pero es un objetivo por el que esforzarse y expandir los límites de la neurotecnología actual que, hasta la aparición de Neuralink, no había visto la elaboración de una BCI efectiva y portátil que una persona común y corriente, eventualmente, podría querer comprar.
Esto es un hito para la compañía. El primer Link implantado en un cerebro humano está cada vez más cerca y las posibilidades de lo que podría lograrse son lo suficientemente sugerentes como para que sigamos muy de cerca el desarrollo de esta tecnología capaz de transformar no solo la medicina y terapia de las patologías cerebrales, sino de redefinir lo que podemos hacer como humanos en cuanto a procesamiento e intercambio de información y experiencias. Quién sabe, quizá el futuro que plantea Elon, con una ciudad sustentable habitada por robots y humanos en Marte, quizá no pocos de ellos con Neuralinks en su cabeza para optimizar su rendimiento en condiciones tan adversas como las del planeta rojo, esté más cerca de lo que creemos y el 2050 sea una realidad. Es difícil dar al clavo con las predicciones, como bien sabe Elon, pero ciertamente la probabilidad de presenciar este escenario aumenta cada año un poco más gracias a los objetivos y espléndidos equipos de trabajo de Tesla, SpaceX y Neuralink, entre otras compañías.


