En este canal ya hemos hablado de algunas de las compañías que están demostrando grandes avances en el campo de la neurotecnología, especialmente las dedicadas a diseñar y producir interfaces cerebro-computador (BCI), como Neuralink, la empresa co-fundada por Elon Musk en 2016, pero nos falta comentarles sobre una compañía que dio un gran paso adelante el año pasado y en este año promete seguir progresando.

Se trata de Inner Cosmos, que en septiembre ya consiguió poner uno de sus implantes cerebrales en el cráneo de una persona gracias a una intervención quirúrgica llevada a cabo por doctores en St Louis. Esta compañía es solo una de las cada vez más numerosas empresas tecnológicas que trabajan en dispositivos implantados en el cerebro. El ensayo, que es el primero de este tipo que utiliza implantes en el hueso del cráneo enfocado específicamente en tratar la depresión, representa un paso adelante en los esfuerzos de los científicos por tratar los trastornos del estado de ánimo con hardware.

Este logro fue, sin duda, una señal de progreso para las interfaces neuronales, tecnología médica con un potencial revolucionario, pero que por los riesgos inherentes a su implantación y mantenimiento en el corrosivo y delicado ambiente cerebral, ha provocado bastantes preocupaciones en el público general.

En ese entonces las reacciones entusiastas no se hicieron esperar. "Cada vez que se implanta una tecnología en un paciente es un hito importante", afirma Benjamin Rapoport, neurocirujano residente en Nueva York que trabaja con otra empresa del sector.

Una particularidad de la compañía es el enfoque específico de su tratamiento. Inner Cosmos se centra por ahora netamente en los estados de ánimo. También utiliza un tipo diferente de cirugía, que permite implantar el dispositivo dentro del hueso del cráneo. Es menos invasiva que la técnica prevista por Neuralink, que ha recaudado más de 360 millones de dólares, y pretende colocar electrodos a mayor profundidad dentro del cerebro.

Cuanto más sencilla sea la operación, más gente estará dispuesta a someterse a ella, afirma Meron Gribetz, Consejero Delegado de Inner Cosmos. Esto es útil para el objetivo de la empresa de crear una nueva herramienta de mercado masivo para la depresión resistente al tratamiento, que afecta a unos 2,8 millones de adultos estadounidenses. "Queremos ayudar al mayor número posible de pacientes", afirma Gribetz.

A medida que se desarrolla la tecnología de los implantes cerebrales, más empresas buscan métodos para incrustar un dispositivo que no requieran perforar el cerebro. "El hecho de que penetre o no en el tejido cerebral divide profundamente" la cirugía de neuromodulación de nueva generación, afirma Rapoport, cofundador de la empresa de interfaces cerebro-ordenador Precision Neuroscience Corp.

Antes de Precision Neuroscience, Rapoport fue miembro fundador de Neuralink. Ahora, su empresa se centra en colocar electrodos justo dentro del cráneo, encima del cerebro, mediante un dispositivo más fino que la cinta adhesiva. También hay empresas que trabajan para incrustar dispositivos en el cráneo, como Inner Cosmos. Una empresa australiana llamada Epiminder, entre otras, crea un pequeño hueco en el hueso cerca del cerebro para su dispositivo, cuyo objetivo es tratar la epilepsia.

La idea general no es exactamente nueva: los electrodos implantados tienen un historial de años en el tratamiento de la epilepsia y el Parkinson. Lo destacable de Inner Cosmos es su capacidad para captar lo que los científicos denominan potenciales de campo local de alta resolución -potenciales eléctricos localizados de la superficie del cerebro que superan la aleatoriedad de las grabaciones de neuronas individuales- sin penetrar en el propio cerebro. Si funciona, la técnica podría llegar a tratar una gama mucho más amplia de trastornos cognitivos.  La mayoría de los científicos de este campo creen que, dado que el cerebro afecta a tantas áreas de la salud, hay espacio para un espectro de estrategias quirúrgicas. "Nuestra opinión no es que el ganador se lo lleve todo", afirma Michael Mager, director general de Precision Neuroscience.

Inner Cosmos
La startup Inner Cosmos trabaja en un implante para tratar la depresión.Fuente: Inner Cosmos Inc.

"No cabe duda de que hay más empresas que intentan hacer cosas cada vez menos invasivas, porque eso siempre facilita la adopción de un producto y acorta el camino hasta el mercado", afirma Max Hodak, antiguo director de operaciones de Neuralink, que ahora dirige su propia empresa de informática cerebral basada en la óptica, Science Inc. "Pero creo que, a largo plazo, los productos más asombrosos requerirán un implante".

La compañía, que tiene su sede en California, recientemente anunció que ha desarrollado e implantado con éxito en un paciente un chip cerebral del tamaño de un céntimo para curar la depresión, y en febrero iniciará el segundo ensayo en humanos. Según Inner Cosmos, la depresión podría tratarse pronto utilizando la "píldora digital" como implante cerebral que envía impulsos eléctricos a las regiones del cerebro afectadas por la enfermedad mental.

Al director general de Inner Cosmos, Meron Gribetz, le diagnosticaron TDAH a los 10 años. El diagnóstico fue la razón de su interés por la neurociencia. Dijo: "El mundo se encuentra en un estado de grave desorden, y los efectos los sufren millones de personas, lo que lleva a niveles crecientes de depresión".

El chip cerebral Inner Cosmos consta de dos partes: un electrodo y una cápsula de prescripción externa. El electrodo se implanta bajo el cuero cabelludo, y la cápsula de prescripción se fija a la cabeza para alimentar el dispositivo. En marzo de 2022, la empresa obtuvo el permiso de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. para realizar ensayos en pacientes con su tecnología.

Inner Cosmos Raises $10 Million To Treat Depression With BCI Implant

En una operación ambulatoria bastante sencilla se puede implantar el diminuto electrodo en el cráneo, y el procedimiento sólo dura 30 minutos. El implante se dirige durante 15 minutos al día al córtex prefrontal dorsolateral izquierdo, la parte del cerebro responsable de procesos como la memoria de trabajo, el razonamiento abstracto y la motricidad.

El segundo ensayo en humanos, si tiene éxito, será un hito más en la maratón de desarrollo neurotecnológico que nos ha llevado al punto actual, en el que los monos jugando videojuegos de manera telepática, como Pager en el demo de Neuralink, y la posibilidad de tratar la depresión efectivamente o devolverle libertad digital y hasta la movilidad del cuerpo completo a personas paralizadas ya no es solo un tema de ciencia ficción sino un escenario de futuro a corto plazo. Mientras más compañías con una gama cada vez más diversa de enfoques quirúrgicos y de tratamiento centren sus esfuerzos en desarrollar estas interfaces neuronales mejor para todos.